La reciente película «Napoleón» de Ridley Scott (2023), protagonizada por Joaquin Phoenix, ha generado un vivo debate sobre la fidelidad histórica en el cine. Si bien la cinta ofrece una narrativa bastante precisa sobre el emperador francés, ciertos aspectos clave se han calificado como completamente inventados, lo cual ha provocado la crítica tanto de historiadores como de aficionados a esta disciplina, a la figura de Napoleón en particular o dicho periodo de la historia de Francia y Europa.
Estos son algunos de los puntos más polémicos al respecto.
Napoleón en la batalla: Contrario a lo mostrado en la película, la mayoría de los historiadores afirman que Napoleón no cargaba junto a su caballería en batalla. Más bien, solía estar posicionado detrás de las líneas de combate, supervisando y no participando directamente.
Asedio de Tolón: La escena donde se muestra a Napoleón siendo herido por una bayoneta británica durante el Asedio de Tolón es inexacta. Aunque Napoleón ideó la estrategia y estuvo involucrado en el combate, el detalle de la bayoneta es una adición dramática.
Batalla de Austerlitz: La representación de un lago congelado donde tropas austriacas y rusas se ahogan es ficticia. En realidad, la batalla se libró cerca de una serie de pequeños estanques.
Encuentro con Arthur Wellesley: La película muestra un encuentro entre Napoleón y Arthur Wellesley, Duque de Wellington, que nunca ocurrió en la realidad.
Ataque a las Pirámides de Egipto: La escena en la que el ejército de Napoleón dispara cañonazos a las Pirámides Egipcias es otra inexactitud notable, aunque basada en la realidad de que su ejército sí combatió cerca de las pirámides.
Relación con Josefina: La película sugiere una violencia física de Napoleón hacia Josefina durante su divorcio, algo que los historiadores consideran inverosímil.
Presencia en la ejecución de María Antonieta: Napoleón no estuvo presente en la ejecución de María Antonieta, a pesar de lo que sugiere la película.
Habilidad ecuestre de Napoleón: Aunque en la película se le muestra como un hábil jinete, en la realidad, Napoleón no era particularmente bueno montando a caballo.
Ridley Scott ha defendido su enfoque, argumentando que no estaba haciendo un documental sino una obra de entretenimiento. Sin embargo, sus comentarios han generado controversia entre los historiadores, quienes subrayan la importancia de mantener la fidelidad a los hechos históricos.
Esta tensión entre la precisión histórica y la libertad creativa en el cine no es nueva. Mientras que las inexactitudes en «Napoleón» no alteran fundamentalmente la percepción del legado de Bonaparte, plantean preguntas sobre cómo el cine interpreta y presenta la historia.
En resumen, «Napoleón» de Ridley Scott, si bien es una obra de gran alcance y dramatismo, también es un recordatorio de que la historia en el cine a menudo se equilibra delicadamente entre los hechos y la ficción. Este equilibrio es crucial no solo para la precisión histórica sino también para la forma en que el público comprende y se relaciona con el pasado.
Via: pijamasurf.com
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