Katrina Bookman ganó el mayor premio de la historia de las máquinas tragaperras en Estados Unidos en el Resorts World Casino de Jamaica, Queens. Sin embargo, cuando regresó para cobrar su premio, un empleado del casino le informó que no había ganado nada.
La Comisión de Juegos del Estado de Nueva York confirmó que la máquina de Bookman había funcionado mal, y el casino le ofreció una cena con filete gratis a cambio. El abogado de Bookman, Alan Ripka, está luchando para que el casino le pague la cantidad máxima permitida por la máquina tragaperras Sphinx: 6500 dólares.
El casino no puede enviar una parte de sus ingresos a un fondo educativo del estado de Nueva York si tiene que pagar botes tan cuantiosos como el de Bookman. Bookman sigue frustrada y cree que debería invitar al empleado del casino a una cena con filete.
Todas las máquinas llevan una etiqueta con la siguiente advertencia: «Los fallos de funcionamiento anulan todos los pagos y jugadas». Según la comisión de juego, sus ganancias reales fueron de solo 2,25 dólares.
La comisión estatal dijo que la máquina fue retirada para su reparación tras el incidente y devuelta a la sala del casino.
Bookman dijo que el casino le ofreció una cena con filete de ternera, que ella rechazó.