POR EL ARCO: Si algo queda claro es que a la Comisión de Honor y Justicia de Morena le valen las quejas e inconformidades que se presentan en contra de sus procesos internos que están plagados de irregularidades.
Ayer, el Tribunal Electoral de la Ciudad de México determinó que dicho órgano no atendió una queja fundada, promovida por uno de sus militantes en contra de Erika Lizeth Rosales Medina, como candidata aspirante del partido para la alcaldía Xochimilco.
Oswaldo Alfaro Montoya acusó y señaló violaciones por parte de Rosales Medina a la Base Sexta de convocatoria, que “prohíbe a los aspirantes” hacer campañas dispendiosas, que intervengan servidores públicos y usen programas sociales, entre otras.
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La Comisión de Honor dejó que la queja se empolvara, acusó de recibido, pero nunca la investigó, ni ofreció alguna resolución al militante inconforme, vamos ni siquiera notificó a la señalada para que se defendiera, pese a que todo fue presentado en tiempo y forma. ¿O será que son tantas las quejas e impugnaciones a sus procesos internos que se les traspapelan?
SE LA BAÑA: Ayer, el jefe de Gobierno Martí Batres salió con la puntada de que la Secretaría de la Contraloría General de la Ciudad de México investiga si en realidad “presuntos trabajadores” del gobierno de la Ciudad de México que participaron en un mitin del panista Santiago Taboada, laboran en alguna Alcaldía, para, en su caso, sancionarlos derivado de su participación en actos políticos en horario de funciones.
¿Será que Batres puede informar cuántos trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México pidieron permiso o, en su caso, fueron sancionados por participar en el megaacarreo que hizo Morena para llenarle el Zócalo a Claudia Sheinbaum el pasado viernes en horario laboral?, porque a muchos los obligaron a llegar desde las 11:00 horas, pese a que el acto de Sheinbaum comenzaba a las 17:00 horas.
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