Los hechos ocurridos en el Centro Histórico (CH) el pasado 17 de octubre no tienen precedentes y marcaron un antes y un después en la historia de nuestra capital. Lo sucedido no solo dejó una profunda mancha en la seguridad de la ciudad, sino que también involucró a una figura líder que representa a un sector de la sociedad, a quien deseamos pronta recuperación.
Sin embargo, estos eventos no solo afectan a una persona, sino que vulneran la seguridad de todos los habitantes de la CDMX. A plena luz del día, poco antes de las 15:00 horas, en una de las calles más concurridas del CH, individuos perpetraron un acto violento cobarde y premeditado, atacando por la espalda a tres personas. Este hecho, además de reprobable, refleja la grave descomposición social, y esperemos no se vea reflejado en una baja afluencia de clientes y visitantes del CH.
Los imputados cometieron este agravio que sucedió simplemente “porque pueden”. Independientemente de las razones que hayan motivado a los agresores, es una situación que no debemos tolerar. Exigimos a las autoridades mejorar sus esfuerzos en la investigación y prevención.
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Si bien se presume que la labor eficiente y coordinada de la SSC, estos hechos demuestran que algo está fallando en las autoridades capitalinas y quizá, incluso, en las federales.
Como ciudadanos, debemos ser tolerantes y, más importante aún, unirnos para exigir nuestro derecho a vivir y sobrevivir en un verdadero Estado de derecho.
Por ello, insistimos en un llamado a todas las autoridades para que refuercen sus acciones y garanticen la seguridad de todos y, asimismo, nos debemos exigir como sociedad no normalizar la narcopolítica. Hoy es una de ellas, sin duda, es presentar las demandas de todos los que puedan vulnerar nuestros derechos.
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