El vuelo fantasma que cruzó Estados Unidos con sus pasajeros inconscientes


Uno de los casos más enigmáticos de la historia de la aviación ocurrió en 1999, cuando un avión privado, el Learjet 35 N47BA,conocido como el vuelo fantasma, sobrevoló Estados Unidos sin control aparente durante casi cuatro horas. A bordo, seis personas, incluyendo al golfista de fama mundial Payne Stewart, iniciaron el vuelo como cualquier otro, pero minutos después del despegue, todos quedaron inconscientes, y el avión quedó en manos de un piloto automático que lo llevó en una trayectoria errática.

Un vuelo fantasma rumbo a la tragedia

N47BA El vuelo fantasma que cruzó Estados Unidos con sus pasajeros inconscientes
El avión del vuelo fantasma

El 25 de octubre de 1999, el Learjet 35 registrado como N47BA despegó de Orlando, Florida, en lo que parecía un vuelo rutinario hacia Dallas, Texas. A bordo iban seis personas, incluyendo al famoso golfista Payne Stewart, un destacado jugador de la PGA, y su equipo de representantes. La tripulación, conformada por el piloto Michael Kling y la copiloto Stephanie Bellegarrigue, tenía experiencia y preparación para un vuelo de tres horas sin complicaciones. Sin embargo, poco después del despegue, algo salió terriblemente mal.

A medida que el Learjet ascendía, los pilotos establecieron contacto rutinario a 7,000 metros, confirmando que todo estaba en orden. Esta comunicación, sin embargo, fue la última que el avión tendría con la torre de control. Solo seis minutos después, la aeronave dejó de responder a los llamados. 

Las autoridades intentaron comunicarse nuevamente, pero el silencio persistía. La situación generó preocupación, y la Fuerza Aérea fue alertada para interceptar el vuelo fantasma que había desviado su trayectoria hacia el norte, sobrevolando Estados Unidos en dirección a Canadá.

Lo que nadie sabía en ese momento era que todos a bordo del N47BA estaban inconscientes o posiblemente ya habían muerto. La causa más probable: una súbita despresurización de la cabina que dejó a la tripulación y pasajeros sin oxígeno suficiente para mantenerse conscientes. Este fenómeno, conocido como hipoxia, fue el comienzo de una tragedia aérea que se prolongaría por casi cuatro horas, durante las cuales el avión volaría sin ningún control humano y ganándose el título de vuelo fantasma.

La interceptación de un avión sin respuesta

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Los aviones persiguieron al avión del vuelo fantasma

Ante la falta de respuesta de la aeronave, se activó una medida de emergencia. Un caza F-16 de la Fuerza Aérea estadounidense fue enviado a interceptar el N47BA y realizar una inspección visual. Cuando el piloto del F-16, el coronel Olson, se acercó al avión, notó algo alarmante: las ventanas del Learjet estaban opacas, como si estuvieran cubiertas de condensación o hielo, lo que impedía cualquier visibilidad hacia el interior de la cabina. Sin señales de daños externos y con el avión volando en línea recta como un vuelo fantasma, la situación continuaba siendo un misterio.

El coronel Olson y otros pilotos de combate realizaron hasta tres intentos de interceptación a lo largo del vuelo, pero ninguno pudo determinar qué sucedía en el interior del Learjet. Mientras tanto, el avión continuaba su curso en dirección a Canadá, lo que incrementó las preocupaciones. Aunque el Pentágono negó que considerara derribar el avión, más tarde se supo que el primer ministro canadiense, Jean Chrétien, había autorizado un posible derribo si la aeronave cruzaba al espacio aéreo canadiense y representaba una amenaza para la ciudad de Winnipeg.

Con el avión avanzando sin respuesta y la inquietud en aumento, la situación mantenía en alerta a los controladores aéreos y militares, quienes continuaban monitoreando el vuelo. Sin embargo, sin señales de vida en su interior, parecía evidente que el avión estaba condenado a un trágico final.

La fatal despresurización y el trágico desenlace

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Desenlace del vuelo fantasma

La hipótesis más aceptada sobre la causa de este incidente es que una despresurización repentina dejó a todos a bordo sin oxígeno, provocando una hipoxia que los dejó inconscientes en pocos minutos. En estos casos, el deterioro cognitivo es rápido y afecta el juicio, la coordinación y la conciencia de las personas, lo que les impide reaccionar a tiempo para salvarse. Para cuando el avión alcanzó su altitud de crucero, es probable que tanto los pilotos como los pasajeros ya estuvieran incapacitados o incluso muertos.

El sistema de piloto automático del vuelo fantasma mantuvo el rumbo y la altitud durante casi cuatro horas, mientras el combustible se agotaba lentamente. Sin embargo, una vez que el avión quedó sin combustible, perdió el control y comenzó a descender en espiral. Testigos en Dakota del Sur observaron cómo el vuelo fantasma caía en picada a gran velocidad, hasta estrellarse en un terreno llano, dejando un enorme cráter en el sitio del impacto. La destrucción fue tan completa que el avión quedó reducido a escombros.

Los investigadores determinaron que en los minutos finales del vuelo no hubo actividad humana en la cabina, basándose en las grabaciones de la caja negra. A pesar de las múltiples teorías sobre las posibles causas de la despresurización, la verdadera razón nunca se esclareció. La tragedia dejó en claro la fragilidad de la vida en el aire y la importancia de los sistemas de seguridad que puedan prevenir o mitigar incidentes de este tipo.

El legado de una tragedia

Las víctimas, todas personas influyentes y queridas en sus respectivas esferas, fueron honradas con monumentos en el sitio del accidente. En especial, Payne Stewart fue incluido póstumamente en el Salón de la Fama del Golf Mundial, y varios memoriales fueron erigidos en su honor, con el fin de recordar no solo a un talentoso deportista, sino también a un ser humano que dejó una huella significativa en el mundo del golf y en la vida de quienes le rodeaban.

Este incidente también generó un mayor enfoque en las medidas de seguridad aérea. Los sistemas de alerta de despresurización y los procedimientos de emergencia han sido revisados y mejorados en respuesta a este tipo de tragedias. A pesar de las mejoras en tecnología y protocolos, el caso del Learjet N47BA sigue recordándonos la vulnerabilidad de los vuelos a factores fuera del control humano y la necesidad de constantes avances en la seguridad de la aviación.

La historia de este vuelo fantasma, que cruzó Estados Unidos sin nadie al mando y con sus ocupantes inconscientes, es un testamento a la fuerza de la naturaleza y la tragedia de la despresurización en vuelo. Aunque nunca se sepa con certeza lo que ocurrió a bordo, el legado de aquellos que estaban en el N47BA continúa vivo en los recuerdos y monumentos dedicados a su memoria.

Referencia:

  • National Transportation Safety Board/Board Meeting : Learjet Model 35, N47BA, near Aberdeen, South Dakota, October 25, 1999. Link.


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