En una extraordinaria revelación sobre la vida oceánica, un equipo de oceanógrafos del MIT y Noruega ha documentado el evento de depredación más grande jamás registrado en el océano. Durante la temporada de desove de febrero en las costas noruegas, observaron cómo millones de bacalaos del Atlántico formaban una masa depredadora en respuesta a la migración de miles de millones de capelanes árticos, un pez pequeño similar a la anchoa. El evento, que duró solo unas pocas horas, representó una interacción a gran escala entre depredador y presa, proporcionando una visión sin precedentes de la dinámica de supervivencia en el océano.
La depredación más grande registrada
Cada febrero, el capelán realiza una migración masiva desde el borde de la capa de hielo del Ártico hacia el sur, llegando a las costas de Noruega para desovar. Este pez es crucial en la cadena alimentaria marina, sustentando a diversas especies, incluido el bacalao del Atlántico, que también migra hacia el sur durante esta temporada para realizar la depredación de ciertas poblaciones de peces. La llegada del capelán marca la aparición de una densa masa de peces que atrae la atención de depredadores, convirtiéndose en un objetivo claro y accesible.
En esta investigación, publicada en Communications Biology, los científicos utilizaron el sistema OAWRS (Obtención de Imágenes de Área Amplia mediante Guía de Ondas Acústicas), un método innovador que permite mapear en tiempo real y en gran escala la ubicación y movimiento de los peces.
Esta tecnología fue instalada en un barco para emitir ondas sonoras hacia el océano y capturar los ecos reflejados de los peces a decenas de kilómetros. Lo novedoso del estudio fue el uso de una técnica de imagen “multiespectral”, que permitió a los investigadores diferenciar entre capelanes y bacalaos basándose en la resonancia de sus vejigas natatorias, que vibran en frecuencias distintas según el tamaño de los peces. Esta resonancia les permitió distinguir entre especies y observar sus movimientos en conjunto.
Una “Ola” de ataque coordinado
Durante la observación, los investigadores captaron cómo el capelán, que inicialmente estaba disperso en pequeños grupos, comenzó a agruparse formando un cardumen de aproximadamente 23 millones de individuos. Esta agrupación masiva, que se extendía por decenas de kilómetros, generó un “punto caliente” ecológico, atrayendo la atención de los bacalaos. En respuesta, los bacalaos formaron su propio grupo de depredación, que alcanzó los 2,5 millones de peces.
Lo que siguió fue una interacción monumental: en pocas horas, los bacalaos consumieron más de 10 millones de capelanes, cerca de la mitad de la presa en la zona observada. Al final de la jornada, tanto el cardumen de bacalao como el de capelán se disolvieron y se dispersaron, una dinámica fascinante que plantea cómo los depredadores oceánicos pueden cazar de forma eficiente y rápida cuando se dan condiciones óptimas.
Implicaciones del cambio climático
Este evento de depredación masiva destaca la importancia del capelán en el ecosistema oceánico y la vulnerabilidad de esta especie ante los cambios ambientales. Si bien la cantidad de capelanes capturados en esta ocasión no representa una amenaza directa a su población, los investigadores señalan que el calentamiento global y el retroceso de la capa de hielo podrían alterar su hábitat y hacerlo más vulnerable. A medida que el capelán deba nadar mayores distancias para desovar, podría enfrentarse a más eventos de depredación como este, lo que afectaría a todas las especies que dependen de él, incluyendo al propio bacalao.
Nicholas Makris, uno de los investigadores del MIT, menciona que estos eventos de depredación “catastróficos” pueden alterar el equilibrio entre depredador y presa en cuestión de horas. Este tipo de interacciones en zonas de alta densidad de peces —o puntos calientes ecológicos—, podría tener consecuencias drásticas para la biodiversidad marina si el cambio climático y otras tensiones antropogénicas continúan reduciendo el número de estos puntos en el océano.
Este evento sin precedentes subraya la complejidad de las interacciones en el océano y cómo el cambio climático podría modificar la dinámica de las poblaciones marinas. A medida que los investigadores despliegan herramientas avanzadas como el OAWRS para observar estos fenómenos, se espera que obtengamos una mejor comprensión de cómo la depredación a gran escala influye en el equilibrio ecológico y en la supervivencia de especies clave.
Mantener el monitoreo y estudio de estas poblaciones será esencial para proteger la salud de nuestros océanos y, en última instancia, de nuestro planeta.
Referencia:
- MIT News/Oceanographers record the largest predation event ever observed in the ocean. Link.
- Communications Biology/Rapid predator-prey balance shift follows critical-population-density transmission between cod (Gadus morhua) and capelin (Mallotus villosus). Link.
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