el sorprendente caso que podría cambiar lo que sabemos sobre la inteligencia animal

Un video grabado en la costa de Columbia Británica reveló un comportamiento jamás documentado en lobos: la posible utilización de herramientas por parte de un lobo salvaje para conseguir alimento. La secuencia, captada por cámaras trampa de los Guardianes Haíɫzaq, miembros indígenas que realizan investigaciones y monitoreo en nombre de su nación y del proyecto Haíɫzaq, muestra a un lobo ejecutando acciones complejas para recuperar una trampa de cangrejo humana. Este hallazgo podría transformar nuestra comprensión sobre la inteligencia animal y la cognición de los cánidos silvestres.

Una escena inesperada: el día que un lobo decidió usar tecnología humana

El descubrimiento comenzó como un misterio ecológico: trampas de cangrejo destrozadas en el territorio de la Nación Indígena Haíɫzaqv, instaladas para controlar a los invasores cangrejos verdes europeos (Carcinus maenas), una especie que altera ecosistemas marinos y compite con fauna nativa. Los guardianes indígenas sospechaban de focas o lobos marinos, pues muchas trampas permanecían en aguas profundas incluso en marea baja. Sin embargo, en cuestión de horas tras instalar las cámaras trampa en mayo de 2024, emergió la verdad: un lobo había sido captado “con las patas en la masa”, revelando un comportamiento nunca antes visto en la especie.

Las imágenes muestran al animal nadando hacia aguas profundas para alcanzar una boya flotante conectada a una trampa sumergida. Aunque no veía la trampa, el lobo parecía comprender qué había bajo la superficie y cómo funcionaba el sistema. Ya en tierra, tiró de la cuerda hasta lograr que la trampa emergiera, para luego romperla y devorar la carnada. Se trata de una secuencia de acciones encadenadas, búsqueda, recuperación, manipulación y apertura, que revela una sorprendente capacidad cognitiva en lobos salvajes y un entendimiento inesperado del funcionamiento de objetos humanos.

Lo que este comportamiento revela sobre la mente de los lobos

Para Kyle Artelle, autor principal del estudio publicado en Ecology and Evolution y profesor asistente en el State University of New York College of Environmental Science and Forestry, este comportamiento supera ampliamente lo documentado hasta ahora en lobos salvajes. Nunca antes se había registrado un caso tan complejo, ni siquiera en poblaciones acostumbradas a interactuar con herramientas humanas. Este episodio plantea la posibilidad de que estemos ante el primer caso verificado de uso de herramientas en un cánido en libertad.

Los lobos ya son reconocidos por su alta inteligencia, pero este hallazgo agrega una nueva dimensión a su repertorio cognitivo. Según Artelle, la secuencia captada en video “habla por sí sola”. Aunque no existe consenso absoluto sobre qué constituye “uso de herramientas”, muchos científicos coinciden en que implica manipular un objeto con intención para lograr un objetivo específico. Bajo este criterio, la acción del lobo, localizar la boya, recuperar la cuerda y utilizarla para extraer una trampa invisible para él, encaja en esa definición.

Los perros domésticos, descendientes directos del lobo, han mostrado conductas comparables, como mover objetos para alcanzar comida. Los dingos, sus parientes salvajes, también han sido observados manipulando objetos en cautiverio. Sin embargo, hasta ahora no existía ningún registro sólido de uso de herramientas en un cánido salvaje, lo que convierte este caso en un precedente científico sin igual.
Aun así, los investigadores se mantienen cautos: podría tratarse de ensayo y error más que de una comprensión profunda del mecanismo, aunque incluso ese escenario resulta notable por su complejidad.

Un descubrimiento que transforma el estudio de la inteligencia animal

Tras instalar más cámaras, el equipo aún no ha registrado un segundo incidente, aunque recuperaron grabaciones anteriores que sugieren intentos previos. Esto indica que el comportamiento podría no ser aislado, sino parte de un proceso de aprendizaje dentro de la población costera de lobos. Estos animales, conocidos por su flexibilidad ecológica, mantienen una relación estrecha con el mar: consumen peces, crustáceos y restos que las mareas arrastran a la costa.

Si se confirma como uso de herramientas, este comportamiento tendría profundas implicaciones para la investigación científica sobre la cognición animal, desafiando la idea de que el uso de herramientas es exclusivo de primates, aves inteligentes o mamíferos marinos. Que un lobo, un depredador terrestre, demuestre capacidades similares cuestiona lo que creíamos saber sobre la evolución del pensamiento en los animales.

Además, el hallazgo subraya el valor del conocimiento indígena y del monitoreo comunitario. Sin la vigilancia constante de los Guardianes Haíɫzaqv y sus esfuerzos por restaurar el equilibrio ecológico, este comportamiento habría pasado inadvertido. Lo que comenzó como un incidente molesto terminó convirtiéndose en una de las observaciones más relevantes del comportamiento animal contemporáneo.

El lobo que robó trampas de cangrejo no solo consiguió alimento: abrió una ventana hacia un nivel de inteligencia que aún no comprendemos por completo. Ya sea resultado de observación, aprendizaje o intuición sofisticada, su actuación desafía nuestras ideas sobre los límites cognitivos de los animales salvajes y abre nuevas preguntas para la ciencia.