Lo que necesitas saber:
El cempasúchil es uno de los elementos principales en el Día de Muertos. Pero ¿sabes cuál es la historia detrás? ¿qué lugar de producción ocupa México en el mundo?
“Estas flores que se llaman cempoalxóchitl, son amarillas y de buen olor, y anchas y hermosas, que ellas se nacen y otras que las siembran en los huertos“. Así es como se describe al cempasúchil en La Historia general de las cosas de Nueva España, de fray Bernardino de Sahagún.
Esta flor de colores brillantes y muchos pétalos es ya una tradición para las ofrendas de Día de Muertos… ¿cómo podrían los difuntos encontrar el camino a casa sin ella?
Pero ¿desde hace cuánto tiempo se usa esta flor? ¿qué usos se le ha dado a través del tiempo? ¿es originaria de México? ¿cuántas variedades hay? ¿qué países son los principales productores? Vámonos por partes.
El cempasúchil, una flor prehispánica
En la obra de fray Bernardino de Sahagún, también conocida como Códice Florentino, se esboza la imagen de flores amarillas, de buen olor, anchas y hermosas, que algunas nacen y otras las siembran en los huertos. Describe a flores hembras que son grandes y hermosas y otras, macho, que “no son tan hermosas ni tan grandes”.
Miguel Ángel Serrato Cruz, doctor en Ciencias en Genética del Colegio de Postgraduados, explica en un artículo que la relación de los grupos mesoamericanos con esta planta queda representada con los vocablos indígenas para referirse a ella: apátsicua en purépecha, caxyhuitz en huasteco, cempoalxóchítl en náhuatl, chaut en tepehua, expujuj en maya, guie’ bigua’ en zapoteco, ita-cuaan en mixteco, kalhpu ‘xa ‘m en totonaco, jondrí en otomí, majk’ py en mixe, musajyó en zoque y piid mbaj en huave.
El término cempoalxóchitl es de origen náhuatl y significa “veinte flores” o la “flores de los 20 pétalos”.
De acuerdo con lo que presenta Sahagún y otros tantos autores, la flor comenzó a ser usada en la época prehispánica desde marzo-abril, pero más en en la “fiesta de los muertitos” que caía en las veintenas de junio a septiembre.
En las veintenas que caían entre septiembre y noviembre se recordaba y festejaba a los muertos en las tumbas, pero ya no se usaban la flor.
“De todo esto se deduce un cultivo intensivo de esas plantas, que no siempre se relacionaba con el culto a la muerte, especialmente con el Día de Muertos actual“, explica el experto en la revista Arqueología Mexicana.
Va de nuez: si bien esta flor era usada con fines ornamentales o para rendir culto a la muerte, también hay registro de que tenía fines medicinales, por ejemplo.
Con la llegada de los españoles y el catolicismo, los ritos y tradiciones se mezclaron y resultó mas o menos lo que conocemos en la actualidad: el festejo del 1 y 2 de noviembre, Día de Muertos.
Se cree que las flores de cempasúchil tienen que estar en la ofrenda, en las tumbas y en la entrada de las casas para guiar el camino de los difuntos de regreso.
La GRAN familia Tagetes
Tagetes es un género de plantas herbáceas o perennes de la familia Asteraceae. Son nativas del continente americano distribuidas desde México hasta Perú.
Partiendo de información en el Códice Florentino, se sabe que algunos de los tipos de Tagetes identificados por la cultura náhuatl fueron Tagetes erecta, Tagetes patula y Tagetes tenuifolia Cav.
El origen de varias especies de Tagetes se ubica en el centro y sur de México, así como en Guatemala. Las especies que comúnmente se utilizan en México son T. erecta y T. patula que se conoce como tlemol o clemolito.
El Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias explica que en el continente americano existen 58 especies de Tagetes, de las cuales 35 se encuentran en México.
En todo el mundo se han registrado más o menos 180 variedades de cempasúchil que se cultivan en países como Estados Unidos, Rusia, China, India Holanda y México.
Si bien las especies silvestres no son muy conocidas, todas son aromáticas y de colores fuertes.
La producción de cempasúchil en México
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) informó que para el 2023, el año pasado, la producción nacional de flores de cempasúchil se estimó en una superficie de dos mil 471 hectáreas cultivadas, principalmente en la CDMX, Puebla, Estado de México, Hidalgo, Tlaxcala, San Luis Potosí, Oaxaca y Guerrero.
Sí, esto representó una producción superior a las 21 mil toneladas de flor de cempasúchil, más de dos millones 451 mil plantas y más de 509 mil manojos
Solo para que nos demos una idea de la importancia de Xochimilco en la producción de esta flor, la alcaldía produjo un poco más de millón 200 plantas, lo cual representa más del 50% que se comercializa a nivel nacional.
La Ciudad de México cuenta con poco más de 190 hectáreas dedicadas a la producción de flores y plantas ornamentales, mismas que están distribuidas en las alcaldías Álvaro Obregón, la Magdalena Contreras, Tláhuac, Tlalpan, Milpa Alta, Cuajimalpa y Xochimilco.
Solo la alcaldía de Xochimilco concentra el 80% de la producción de la capital.
La Comisión de Recursos Naturales de la Ciudad de México, dependencia de la Secretaría del Medio Ambiente, explica que la producción del cempasúchil en la capital ha ido aumentando progresivamente.
Según la Secretaría de Medio Ambiente capitalina, en 2018 se produjeron 664 mil plantas de cempasúchil; en 2019 fueron 900 mil plantas; en 2020 hubo una producción de un millón 200 mil flores; en 2021 fueron 3.5 millones de plantas; en 2022 fueron cinco millones de plantas y en 2023 se produjeron cinco millones 86 mil 220 plantas de cempasúchil.
Además, el Consejo Mexicano de la Flor afirma que el sector productivo de plantas y flores ornamentales representa una derrama económica de alrededor de 30 mil millones de pesos al año.
A pesar de esto, y de que es complicado comparar cifras a nivel mundial, se cree que China es el principal productor de cempasúchil para uso industrial, con las tres cuartas partes de lo sembrado en el mundo. La UNAM explica que, al menos hasta 2017, el segundo lugar era ocupado por la India y luego Perú.
México no figura en la lista de los países que más cempasúchil produce a pesar de que la planta es nativa…. ¿por?
¿Cempasúchil mexicano o chino? El mejoramiento genético
Como lo mencionamos anteriormente, si bien el cempasúchil es uno de los principales elementos para las celebraciones de Día de Muertos, en las que se usa con fines ornamentales, a nivel mundial se aprovecha de muchísimas otras formas.
Por ejemplo, la flor de cempasúchil se estudia para reducir patógenos del suelo, así como controlar plagas y malezas en los cultivos.
De igual forma tiene fines medicinales, herbolarios, industriales como pigmentos, para consumo animal, la elaboración harina para alimentos, bebidas, saborizantes, perfumería, resina, abono, etc.
Ahora, la obtención de variedades de cempasúchil para uso industrial básicamente ha sido posible por el empleo del mejoramiento genético.
El doctor Miguel Ángel Serrato Cruz, investigador experto en la materia, explica que uno de los principales usos industriales del cempasúchil (T. erecta) son los pigmentos que sirven como colorantes vegetales en alimentos para humanos, como por ejemplo huevos con yema amarilla, coloración de sopas de pasta, piel y grasa amarilla de aves y reces, así como medicamentos como cápsulas de luteína.
En México hay empresas que tienen bastante experiencia en el mejoramiento genético para obtener plantas con una alta calidad de carotenoides, los compuestos responsables del color de la flor.
La cosa es que desde el año 2001 en México la producción de cempasúchil con fines agroindustriales cayó. Las empresas mexicanas que impulsaban la producción movieron las inversiones a países como Perú y Asia, aunque la parte industrial sigue estando en nuestro país.
Las variedades nativas de México son plantas largas, que no crecen en maceta sino que se siembran directamente en la tierra y que se venden por bultos cuando el fin es ornamental.
Es una planta que se da cada año, con hasta 1.8 metros de alto en cultivo, tallos erectos, ramificados en la porción superior, con colores que van del amarillo al anaranjado.
Pero cuando se requieren estas plantas pequeñas, para jardín o para crecer en una maceta, el origen de las semillas de estas variedades es extranjero. En otros países la flor se modificó genéticamente para ser más resistente a las plagas, para tolerar mejor las variaciones climáticas y para ser más pequeñas, con flores mucho más regulares.
Ahora que se viene el Día de Muertos en los mercados e invernaderos encontramos un cempasúchil en maceta, chaparrito, con flores que tienen una forma más uniforme y un color amarillo característico.
Se trata de la variedad marigold (entre muchas otras variedades), semillas mejoradas genéticamente que generalmente se importan desde Estados Unidos. El investigador Serrato Cruz explica que es la misma especie pero se trata de un material importado y mejorado genéticamente a través de la obtención de variedades híbridas.
El doctor señala que las plantas de maceta no forman semilla y eso implica que la “energía de la planta” se enfoca en tener más flores con una durabilidad mayor. Cada año hay que comprar semilla al extranjero.
Pero ojo, la campaña que se propagó en redes sociales para pedir que nadie comprara esta variedad de cempasúchil afecta mucho a los productores. Vámonos por partes.
Para empezar, hay que dejar de decir “el cempasúchil chino” porque en realidad la semilla se importa de Estados Unidos. Y luego, esta variedad modificada tiene sus ventajas para su uso con fines ornamentales, no crean que solo se cultiva para hacer la maldad.
La cosa es que este tipo de semillas mejoradas no se producen en México y es lo que se necesita. Ante este hueco, los productores se ven impulsados a comprar la semilla en el extranjero.
No comprar plantas originadas de una semilla extranjera en realidad afecta mucho a los productores que las cultivan. Si dejamos de consumir este tipo de flores, el golpe no es para las empresas enormes internacionales que producen las hibridaciones, sino para los productores que ya compraron esas semillas, que tienen que comprarlas.
Imaginen que en un año nadie compre esta variedad de cempasúchil, cuántas familias se quedarían sin ingresos por completo.
Y ok, debemos apoyar al campo mexicano y rescatar las variedades mexicanas de cempasúchil, pero se necesita hacer investigando a fondo la especie para luego impulsar la producción y mejoramiento de semillas.
Un día podremos reducir la importación de semillas del extranjero y empezar a sembrar y cultivar producto nacional, pero eso no se logrará dejando sin ingresos a los productores que ya invirtieron.
Los esfuerzos por preservar el cempasúchil mexa
Por allá de 2008, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, a través del Sistema Nacional de Recursos Fitotécnicos (SINAREFI), coordinado por el Sistema Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS) creó la Red Cempoalxóchitl.
El objetivo principal es crear redes de investigación que potencien la conformación de bancos de germoplasma, que a su vez permitirían realizar estudios dirigidos al aprovechamiento del género Tagetes de México.
(Paréntesis pequeño: el germoplasma es el conjunto de genes que se transmite a través de la reproducción a la descendencia por medio de gametos o células reproductoras.)
Ahora, el investigador Serrato Cruz, miembro de esta red, explica que las tareas de conservación del germoplasma de Tagetes, así como la posibilidad de su uso y potenciación como recurso fotogénico implica echarle una buena revisada.
Hablamos de preservar y colectar la especies, revisar su taxonomía, ubicar su distribución, situaciones de riesgo, etc. Tener un mapa completo, desde distintos puntos de vista, cosa que no existe aún.
En esta investigación, en la página 13, podrán encontrar una lista de las 35 especies de Tagetes notificadas en México, una de ellas la conocida como cempasúchil.
Este mapa muestra las áreas de distribución de la flor conocida popularmente como cempasúchil.
Francisco Alberto Basurto Peña, especialista en Etnobiología y Florística, así como encargado del Jardín Botánico de la UNAM, señala que desde hace muchos años en México no hay políticas públicas eficientes para la producción y mejoramiento de semillas.
Es decir, nuestro país importa muchas semillas, de muchísimas especies, porque no tenemos las estructuras para producir o mejorar semillas. Y no solo de cempasúchil.
En el año de la pandemia, 2020, el equipo de trabajo del doctor Serrato Cruz retomó el trabajo de mejoramiento genético del cempasúchil (tagetes erecta) en el Departamento de Fitotecnia de la Universidad Autónoma de Chapingo, en Texcoco.
El objetivo es claro: obtener variedades nacionales de cempasúchil que no solo beneficiarían a la producción con fines ornamentales, sino también en la agroindustria.
El reto es grande: mejorar genéticamente el cempasúchil pero con el germoplasma nativo mexicano y sin perder la variabilidad. Híbridos locales.
¿Y dónde puedo comprar cempasúchil?
Desde hace meses los productores de cempasúchil en México comenzaron con el proceso para tener flores en Día de Muertos y toda esta época, que es cuando más se consume para fines ornamentales.
Si estás en la Ciudad de México, la Secretaría del Medio Ambiente capitalina creó un mapa con las ubicaciones exactas, teléfonos y demás datos de productores en Xochimilco, la alcaldía que solita compite con estados completos.
Solo tienes que picarle acá mero para encontrar el que más te acomode y lanzarte por todo el que necesitas para la ofrenda.
Generalmente el gobierno de la CDMX ofrece un festival de flores de cempasúchil que se instala sobre Paseo de la Reforma. Ahí se encuentran productores de Suelo de Conservación de Xochimilco, Tláhuac, Tlalpan y Milpa Alta.
Para conocer un poco el proceso de siembre y cosecha del cempasúchil, en Sopitas.com nos lanzamos a Santiago Tepalcatlalpan, pueblo de la delegación Xochimilco, en la Ciudad de México.
Fuimos al invernadero Contlalco y platicamos con Juan Manuel Hernández, quien es productor de cempasúchil y nochebuena.
“Ahorita estoy manejando la variedad que se llama Marvel y clemolito, que es el de color. Aquí tengo aproximadamente 25 mil plantas, con una inversión de 7 pesos por planta y nosotros las vendemos en 13 pesos“, nos explica Juan.
Afirma que todo el proceso comienza con la semilla, que compran por medio de una empresa que las importa de Estados Unidos. Dice que tienen que comprar la semilla de otros países porque en México no hay “laboratorios” que produzcan la semilla para cempasúchil de maceta.
El mexicano es el que se vende por ramos y crece muy alto directo en la tierra, pero la mayoría de clientes, al menos desde la experiencia de Juan, buscan plantas en maceta para poner en la ofrenda, como centro de mesa, con fines ornamentales.
Todo el proceso consiste en la germinación, enmacetado, fertilización, etc. para que cada una de las macetas llegue a su respectiva ofrenda. Todo comienza por ahí del 20 de julio y las plantas son clasificadas.
En la primeras filas está el cempasúchil que ya está listo para venderse, luego la segunda candada está en desarrollo y las últimas apenas están los botones de las flores, las que van a estar listas “para los muertitos“.
Juan Manuel explica que en el invernadero no usan agua potable para regar las plantas, sino que la recolectan de la lluvia. En la entrada tienen recolectores muy grandes que luego transportan el líquido mediante tubos para que las plantas puedan ser regadas.
En este invernadero puedes ir a comprar plantas para poner en la ofrenda, en la mesa de la cocina o en donde más te guste, tienen venta al mayoreo y menudeo. La dirección es Camino a las Canteras 43, Santiago Tepalcatlalpan, Xochimilco, en la Ciudad de México.
Y para cerrar con broche de oro, por acá te dejamos una leyenda azteca sobre el origen del cempasúchil. Habla del amor entre Xóchitl y Huitzilin que quedó inmortalizado en la eternidad como flores y colibríes.
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